jueves, 22 de noviembre de 2012

Otra noche más. #1

Otro día más que se me hacen las 2, las 3, y sigo sin poder dormirme. 

Me encontraba tranquilo, el día había transcurrido como todos últimamente: aburrido y carente de emoción. La repetición y rutina que provoca en mí el sistema educativo creo es que es un poco más hiriente que en el resto, que la asumen y hacen todo lo posible por romperla. Yo simplemente no la asumo. Quizás por eso me duela más el inexistente sentido hacia el que se dirige la humanidad en su conjunto...

Sin embargo, al pasar los minutos, las horas, mi situación se fue desviando de su finalidad, que era conciliar el sueño, y caí en una espiral de pensamientos ridículos y fechas absurdas. Parecía ser un delirio normal, de los que le dan a cualquier persona, pero entonces oí unos pasos y, a los pocos segundos, ella irrumpió en mi habitación, despotricando y alterándome de una forma que ya se estaba haciendo casual.

-¡Otra vez igual! ¿Pero es que tú no aprendes nada?
-Hombre, pues si me lo preguntas así te podría contestar que...
-¡A callar! ¿Cómo puedes ser tan grosero?
-Pero si eres tú la que ha entrado aquí perturbando mi tranquilidad...
-¿Pero qué dices? ¡Tú tranquilidad depende totalmente de mí! 
-¡Hala...! Tampoco cabe exagerar de esa forma...
-¿Exagerar? ¿Crees que preocuparme por ti es exagerar?
-A ver, creo que nos estamos confundiendo...
-¿Estás diciendo que no me preocupo por ti? ¿Es eso? ¡Encima!
-Pero, pero, ¿pero qué...?
-¡Creo que ya me ha quedado bastante claro con quién estoy hablando! ¿Sería su majestad tan amable de poder perdonar a esta humilde sirvienta que sólo intentaba ayudar?
-Vaya dramón estás haciendo de esto, de verdad.
-¡Oh! ¿Así que ahora soy actriz? ¿Y soy de Hollywood o de Culebrón?
-Yo diría que ambas -susurré casi imperceptiblemente-.
-¡Vaya! ¿Y cómo se come eso?
-Pues mira, primero le echas un poco de sal, entonces lo calientas un poco en el micro y...
-¡Déjate ya de tonterías! ¿No eres un poco mayor para estas cosas?
-¿Por qué? Vamos, dime por qué soy mayor.
-...
-Venga, di que soy mayor por mi edad. O mejor, di que soy mayor por mi madurez. ¿O quizás es porque es como me siento? Vamos, sorpréndeme.
-¿Adónde pretendes llegar con esto?
-A donde haga falta. ¿Quieres acompañarme?
-No me queda otra...

No hay comentarios:

Publicar un comentario