miércoles, 10 de agosto de 2011

Una aventura de verano. (5ª parte)

4 de Julio de 2011.
Hospital la Fe de Valencia.


Retomé la conciencia poco a poco. Conseguí vislumbrar una silueta a mi derecha, sosteniéndome la mano, pero me fijé más en la otra silueta, más borrosa. Estaba delante de la puerta, como si fuera un guardia, pero en vez de darme seguridad me la quitaba. Sentía miedo de aquella mancha en mi visión. ¿Era real, o era un delirio provocado por...? ¡Un momento! ¡Ni siquiera sé qué me ha pasado! Ok, hagamos memoria...
Bueno, recuerdo cuando el accidente con las setas, sí. Recuerdo que después de aquello desperté en esta misma cama... ¿o era otra? ¡Yo qué sé! Todas son iguales... Vaya, es extraño... todo lo posterior a salir del hospital lo tengo... como en una nube. Como si fuera... soñado. Pero no, no puede ser. Nadie puede soñar algo tan bonito. Sólo lo puedo haber vivido. Seguiré recordando...
Mientras tanto, la persona que cogía mi mano había dejado de apretar con fuerza, era como si poco a poco se desvaneciese en mi mente. ¿Serían mis delirios superiores a mi consciente? Quién sabe...
Sí, recuerdo aquéllos cinco días... Sin duda los mejores cinco días de mi vida, pero sigo con la sensación de que no fueron del todo reales. Hay una especie de niebla que nubla los detalles de los acontecimientos menos importantes, pero lo bueno de verdad sí lo recuerdo bien. Bueno, creo que ya es hora es de despertar de este estado de hilarante confusión. Veamos que está pasando a mi alrededor...

Abrí los ojos y conseguí descifrar una silueta, pero no era la misma de antes. Ni la que estaba a mi lado, ni la que estaba en la puerta. De hecho juraría que no estoy ni en mi cuarto. ¡Sí, es cierto! Esta sala no es la de siempre, es más grande. Hay mucha luz, demasiada. Me levantaré para ver mejor qué está pasando.
Y de golpe me incorporé.

- ¡Eh! ¿Dónde crees que vas?- dijo la silueta.
- Necesito... - vaya, no podía casi hablar.
- Nada, nada. Necesitas descansar. - y me volvió a horizontalizar cuidadosamente.- además, falta poco para que la anestesia te haga efec...


Y ahí estaba yo, otra vez drogado e inconsciente. Me estaba cansando de la situación, pero bueno, siendo positivos... ¡drogas gratis!
Al poco (o quizás mucho) tiempo me desperté. Otra vez desorientado. Otra vez con la vista nublosa. Si la anestesia me hubiera dejado hasta me habría enfadado. Otra vez en la misma situación. Traspasa mi aguante. ¿Y si aguanto la respiración hasta morir? Realmente sería algo inútil, porque me reanimarían y volvería a la misma situación. Pues nada, a resignarse e intentar, por a saber cuántas veces enterarme de algo de lo que sucede a mi alrededor.
Abrí los ojos. Descubrí que estaba en mi cuarto, aún con la vista borrosa, gracias a un reloj (o algún otro objeto circular) que había colgado en la pared. Conforme mi retina se adaptaba a la cantidad ingente e innecesaria de la instancia comenzaba a distinguir más objetos, pero nada más. Estaba, aparentemente, solo.
Entonces entró él.

- Ah, ¿pero ya estás despierto?
- Eh... uf... ¿quién...?
- Lo siento, chico. Me voy.
- ¿Pero... qué coj...?

Y, en efecto, se fue. Con mi vista casi recuperada por completo, fijé mi vista en la mesita, más concretamente en un calendario. En la foto salían tres labradores lamiéndose, saltando, jugando... disfrutando. Y, sin poder evitarlo, unas cuantas lágrimas cayeron de mis ojos... Mi pobre Rupert, al que había perdido hacía tan sólo unos meses, era la misma raza que ellos y se parecía mucho a uno de la foto.
Estuve en una especie de trance, nostálgico, durante varios minutos, o quizás horas, y algo me hizo reaccionar...

- ¡Tock, tock!
- Emm... sí... sí, adelante.
- Hola. ¿Cómo estás?
- ¿Yo? No sé, pregúntale a uno de esos médicos que me drogan...
- Ja, ja, ja... cómo eres. Pero, en fin, no sé, ¿qué tal te sientes?
- ¿Sentir? Lo único que siento, por irónica que parezca la frase, son las piernas. En esas en las que te has sentado.
- Oh, oh... lo sien... -y se empezó a reír.
- Claro, ¡qué bien todo! Primero le chafas las piernas al enfermo... ¡Y ahora te ríes de él! ¡Enfermeraaa! ¡Seguridaaaad!
- ¿Quieres callarte? - dijo entre carcajadas- ¡Vas a hacer que vengan de verdad!
- Ah, entonces sí me callaré, no quiero que se lleven lo único caliente que hay en este cuarto.

¿Pero qué...? ¿Por qué dije eso? A veces me sorprende lo tonto que llego a ser estando semi-sedado.

- ¿Y cómo se supone que me debo tomar eso?

Reflejos mentales, ¡a mí!

- Pues como te lo tienes que tomar. En esta habitación sólo hay objetos, un medio cadáver y luego estás tú.

¿Salvé el bache?

- ¡Oye! ¡No digas eso de "medio cadáver"! ¡Que menudo susto nos diste!
 
- ¿Os dí? Un momento...

Braaavo, chico. Te has conseguido acordar de lo que habías estado intentando recordar desde que despertaste en este maldito lugar. ¿Pero acaso recuerdas nada? Dios, qué rabia de repente. A ver, paz, tranquilidad y buenos alimentos. Buf, está claro que aún no se me ha pasado el efecto de la droga... ja, ja, ja. Me río, ¿por qué? Ah, vaya, Sami sigue ahí, y yo aquí delirando mentalmente, sin escuchar nada de lo que dice... espero que no me pregunte nada.

- bla, bla, bla... Bueno, ¿qué te parece?

Merde!

- Bueno, pues me parece... que deberías repetirme todo lo que has dicho, porque estaba más empanado que el filete de nochebuena, ¿te acuerdas?
-Ja, ja... es igual, no tiene importancia. Vayamos a lo verdaderamente importante: ¿Te acuerdas de algo?

Pues sí, eso es lo verdaderamente importante, pero... ¿me acuerdo de algo? Sí... flashes aparecían en mi mente... una fiesta... unas setas... luego el hospital... luego 5 días maravillosos al lado de la mujer que me estaba preguntando que si me acordaba de algo... y al final... Oh, sí que lo recuerdo. aquel beso fue altamente agradable y... me encantó. Pero después de ese beso no recuerdo nada más...

- ... ¿Hola?
- ¿Cuánto tiempo llevas escuchando?
- ¿Escuchando el qué?
- Bien, estaba pensando en voz interior. Pues sí, me acuerdo de todo... o eso creo.
- ¿O eso crees?

Sí... ¿porque y si no pasó en realidad? ¿Y si todo fue producto de la sobredosis de todo lo que me dieron? ¿Y si todo fue un producto de mi imaginación? Si le contara todo, y luego resultara ser falso... ¿"volvería" a tener una oportunidad de conquistarla? Confusión, confusión por todos lados.

- Bueno, mira, te lo contaré.

Y se lo conté. Le conté palabra por palabra, sentimiento por sentimiento... ¿y a que no adivináis qué le pasó a esta humilde personita? Pues no, no lo sabéis, y tendréis que esperar todo un mes para saberlo.
Ja, es broma:

- Así que... te acuerdas de todo.
- ¿Pasó... de verdad?
- Sí... ¡Sí!
- Oh... espera, ven. Acércate. Tienes una pestaña...

Sonrió, se acercó... y la besé. Y me besó. Y nos besamos... y... y... ¡y llamaron a la puerta! ¿Se puede ser más inoportuno? De hecho sí se puede, así que no me quejaré.
-Perdón, ¿se puede pasar?
- Vaya, tú otra vez...
- Sí, y vengo a explicarte muuuchas cosas.
- Eso está bien, pero... ¿qué día es hoy? 



Es una pena que me tenga que ir, ¿eh? Parece prometedor el hombre misterioso... ¿os lo váis a perder? Yo creo que... sí. Así que aquí os dejo con algo menos de intriga, ya sabiendo que lo que nuestro aventureró vivió fue real, pero con un tipo misterioso que tiene cosas que explicarnos... 6ª entrega, próximamente. (De un mes a siete años).

1 comentario: